El Bermejo, un río salvaje que cambia su cauce y sin cuyas aguas nadie puede vivir en El Impenetrable

El río brinda agua potable a las poblaciones, a la fauna silvestre y también a las producciones agropecuarias. Se necesita una planificación de uso del agua a lo largo de la cuenca.

El río Bermejo tiene 1.450 kilómetros hasta su desembocadura en el río Paraguay. Nace en la Sierra de la Victoria, en el departamento de Tarija, y su cuenca es compartida por Argentina y Bolivia con una superficie de 123.000 kilómetros cuadrados, de los cuales 16.000 están en territorio boliviano.

Según las estaciones del año, el Bermejo varía su caudal, pudiendo aumentar su altura en la zona del Parque Nacional El Impenetrable hasta seis metros en pocos días. En época de lluvias en la cordillera, con la máxima crecida generalmente en febrero, una gran masa de agua inunda las planicies del Chaco.

Es entonces cuando el Bermejo sufre cambios en su recorrido: al aumentar su caudal arrastra ramas y troncos de árboles muertos y los deposita en bancos de arena o donde  haya alguna resistencia. Esos mismos diques naturales desvían el río y hacen que se aparte del cauce original, dejando aisladas algunas de sus sinuosas curvas que luego se convierten en lagunas, muchas veces con forma de herradura. 

Es difícil vivir a orillas de este río que todos los años desborda, rompe sus barrancas y se abre paso por cualquier lado, llevando consigo casas, monte y a veces pueblos enteros, como ocurrió una noche con el poblado conocido como El Pintado, en 1983.

El Bermejo marca la frontera entre Chaco y Formosa, por lo que el límite interprovincial también cambia constantemente, al igual que las propiedades al borde del río, que pueden agrandarse o achicarse año a año. Por eso, sería importante generar la protección legal de una franja de al menos un kilómetro de cada lado para que los pobladores construyan por fuera de esa franja y así evitar los riesgos que implica a la dinámica salvaje de este río.

Es uno de los principales afluentes del río Paraguay y uno de los que aporta mayor cantidad de sedimentos a la cuenca del Paraná: alrededor de seis kilos de arcillas por metro cúbico. Gran parte de los sedimentos que acarrea ayudan a la formación de las islas del río Paraná medio y, a la vez, son los responsables del color amarronado del Río de la Plata. 

EL RECURSO VITAL QUE NO SIEMPRE ESTÁ

Sin este río, nadie podría vivir en El Impenetrable porque es el que aporta el agua dulce bebible (las napas de toda la planicie del Gran Chaco son salobres y contienen demasiado arsénico para ser potables). Así, del Bermejo se toma el agua para abastecer las ciudades del Impenetrable salteño, formoseño y chaqueño.

Y toda la fauna, en época de seca, se acerca al río en busca de esa misma agua vital: no solo los tapires, pecaríes, corzuelas, charatas y águilas, sino también la fauna doméstica de las comunidades locales, como vacas, cerdos y chivos. 

AHORA, AGRICULTURA

Por el potencial de riego que ofrece el Bermejo, en los últimos tiempos los estancieros vecinos al río han comenzado a dedicarse a la agricultura, en su mayoría caña de azúcar, soja y pasturas para manejo intensivo del ganado. Con este fin cavan canales, arman represas o simplemente tiran mangueras para cubrir sus necesidades productivas. 

El problema es que esa demanda extraordinaria de agua ocurre entre octubre y diciembre, fecha que coincide con la época de menor caudal y de gran evapotranspiración. Por este motivo cada año se percibe un menor caudal total en época de seca, que hasta no hace mucho rondaban los cuarenta metros cúbicos por segundo.

En 2022 estuvo prohibida la ingesta de agua por la proliferación de cianobacterias (algas verdes y azules que liberan toxinas) debido al poco caudal del río, lo que indica una falta de administración y planificación de uso del agua a lo largo de la cuenca. En ese momento el Bermejo pasó de su clásico color a un verde esmeralda durante varias semanas, alarmando a todos los vecinos y gobernantes, y puso en riesgo la provisión de agua a una población de más de 65.000 habitantes, solo en el departamento de General Güemes (Chaco).  

Si en época de lluvias el río deja de crecer lo suficiente también resulta un problema para toda la vida silvestre que depende de las lagunas y bañados que se generan a lo largo de su cuenca. El exceso de agua del río desborda y recarga año a año los humedales adyacentes y la vegetación palustre, que es muy sensible a la falta de agua, y cuando se interrumpe ese ciclo anual rápidamente tiende a arbustificarse.

Un manejo de la cuenca, acordado entre Argentina, Bolivia y las provincias es imperioso dado el cambio climático y la enorme transformación ambiental de las yungas y bosques chaqueños. La Comisión del Río Bermejo (Corebe) es la entidad creada para administrar la extracción y regulación del agua, y la que debería anticiparse con reglamentaciones adecuadas. 

Fotos: Hernán Povedano, Gerardo Cerón, Fundación Rewilding Argentina.

Este artículo es parte del libro de visión “El Impenetrable: Turismo para Conservar la Vida Silvestre y Apoyar a las Comunidades”, disponible en la Biblioteca de nuestra página web.