CUMBRE DE LOS OCÉANOS
Lo que aprendí en Niza
Balance y perspectiva de la Cumbre de los Océanos 2025 en Niza, por Mariana Cassini, coordinadora en el proyecto Patagonia Azul.
Más voces, más valentía, más unión y menos ego: esto es lo que mi experiencia en Niza me enseñó acerca de lo que podemos ofrecerle a los océanos. El pasado junio representé al Proyecto Patagonia Azul en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos celebrada en Niza, Francia. Fue una semana de intercambios, emociones y aprendizajes. También fue la oportunidad de contarle al mundo que en el sur de la Argentina estamos haciendo historia en la conservación de los océanos con la creación del Parque Provincial Patagonia Azul, en la costa de Chubut.
Participamos del evento “30×2030” junto con Nadia Bravo, subsecretaria de Conservación y Áreas Protegidas de Chubut, compartimos la experiencia de formación del parque como un resultado concreto de la colaboración entre el Estado y el sector privado. Fue un honor compartir escenario con Nadia y poder mostrar que es posible dar pasos firmes hacia un mar más protegido si trabajamos unidos. Nos llevamos el aplauso de muchas organizaciones, y también una buena dosis de inspiración.

En este encuentro global se habló de todo: pesca, plásticos, minería submarina, justicia ambiental. Y si bien hay avances, también hay desafíos que no se pueden ignorar. En esta edición de la Conferencia de los Océanos, 50 países ratificaron el Tratado de Alta Mar (Argentina lo firmó, pero aún no lo ratificó). La Polinesia Francesa anunció la creación de una nueva área marina protegida de cinco millones de kilómetros cuadrados, aunque sin fuertes restricciones a la pesca industrial. Se lograron acuerdos sobre minería submarina, protección de corales y contaminación plástica. Pero sigo sin ver acciones contundentes contra la pesca de arrastre, que continúa operando sin límites, destruyendo el fondo marino en muchas regiones del planeta.
Sin embargo, algo me llenó de esperanza: la fuerza de la sociedad civil. Caminando por los pasillos del Palais des Expositions pude ver personas de la sociedad civil, medios de comunicación, artistas y comunidades comprometidas con la protección de los océanos. Las películas, charlas, exposiciones, almuerzos y eventos fueron espacios de puro aprendizaje. También vi cómo la tecnología y el arte se están involucrando con la conservación y abriendo nuevas formas de contar y proteger lo que pasa bajo el agua. Porque —y esto lo creo profundamente— no se cuida lo que no se ve, ni lo que no se conoce.

Me conmovió encontrarme con personas que enfrentan desafíos muy parecidos a los nuestros en lugares recónditos del planeta. En un pasillo compartí un café con la directora de una ONG sudafricana enfocada en la educación marina que atraviesa procesos similares al Club del Mar que llevamos adelante en Patagonia Azul, Chubut. Fue una charla breve, pero profundamente inspiradora. Me sentí acompañada.
Volví a Camarones con la certeza que estamos en el camino correcto. Que la creación del Parque Provincial Patagonia Azul es un gran paso, pero no el último. Que necesitamos más áreas marinas protegidas —no solo para la fauna marina, sino también para nuestro futuro—. Y que si algo aprendí en Niza es que los océanos necesitan más voces, más valentía, más unión y menos ego.
Gracias a todos los que hacen posible esta realidad en el litoral de la provincia del Chubut. Y gracias, océano, por seguir enseñándonos y uniéndonos tanto.

Fotos: Joe Short