Travesía por la red de refugios tradicionales del Portal Carambola
En el Portal Carambola, al oeste del Parque Iberá en Corrientes, una red de refugios propone un modo de recorrer el territorio guiado por los ritmos que marca el paisaje y la destreza de sus habitantes. A caballo o en lancha, la travesía recorre campos, pastizales y esteros siguiendo una red de refugios construidos con materiales locales y técnicas tradicionales.
La red de refugios se despliega en el paraje Ñupy, dentro del Portal Carambola, el acceso al parque ubicado en Concepción del Yaguareté Corá, a tres horas en auto desde Corrientes. Se trata de una propuesta de varios días —entre dos y cuatro, según la ruta elegida— que combina pernocte, desplazamientos guiados y avistajes de fauna.
Cada refugio fue construido con técnicas tradicionales y materiales locales. El objetivo no es solo ofrecer descanso, sino también tejer vínculos con la vida cotidiana de los pobladores del lugar. En las paradas, los anfitriones reciben a los visitantes con comidas caseras, bajo sombra o al calor del fuego, compartiendo saberes, recetas y anécdotas que revelan un conocimiento profundo del lugar.


Cabalgata por los esteros del Iberá. Durante la travesía, los encuentros con fauna son frecuentes.
Foto: Andy Villarreal


Llegada al refugio Lechuza Cuá, uno de los puntos de descanso dentro de la red de refugios del Portal Carambola.
Foto: Andy Villarreal



Refugio Laguna Grande. Fotos por Andy Villarreal
Observar al yaguareté: el premio mayor
La ubicación de los refugios no es aleatoria: se encuentran en zonas estratégicas susceptibles de ser elegidas por yaguaretés y otros animales reintroducidos en Iberá.
En la travesía, el avistaje puede suceder en cualquier momento: grupos de ciervos, carpinchos cruzando un arroyo o el vuelo de un jabirú sobre los esteros. Cada encuentro aporta a la historia de una región donde la vida silvestre recupera su lugar.
Más que una actividad turística, la red de refugios es una invitación a sumarse a un modelo de producción de naturaleza donde cada paso, cada noche y cada historia compartida reafirman que es posible regenerar ecosistemas sin perder el vínculo con la cultura y la historia local.


Refugio Laguna Grande al atardecer. Desde tierra o navegando el estero, este momento del día ofrece una perspectiva distinta del paisaje.
Fotos: Andy Villarreal

Fogón encendido al anochecer en el refugio. Un espacio de encuentro, descanso y conversación al final de la jornada.
Foto: Andy Villarreal

Desayuno bajo el timbó en el refugio Lechuza Cuá. El entorno natural acompaña el inicio del día en los refugios de la red.
Foto: Andy Villarreal


El avistaje de fauna puede suceder en los momentos más inesperados, como al compartir una ronda de mates junto al fuego en las primeras horas del día.
Foto: Andy Villarreal

Mingo, poblador local y conocedor del territorio, guía las travesías en su canoa por los esteros del Portal Carambola.
Foto: Andy Villarreal


Una especie de ave federal acompaña la travesía con su canto y sus colores que forman parte del paisaje natural del Iberá.
Foto: Andy Villarreal