Foto: Darío Podestá

Granjas marinas regenerativas: experiencia piloto de cultivo de macroalgas en Patagonia Azul

9 de mayo de 2023 · Proyecto Patagonia Azul

En Patagonia Azul, en la costa de Chubut, una experiencia piloto está buscando generar cultivos de cachiyuyo, una especie nativa de macroalga. La creación de granjas marinas regenerativas presenta una alternativa para producir en el mar con impacto positivo, a la vez que propone un nueva fuente de trabajo con sentido para los habitantes de la comunidad de Camarones.

Ya todos estamos al tanto de la crisis climática y la emergencia ecológica que atraviesa nuestro planeta. Particularmente en la Argentina se están sufriendo las consecuencias de sequías extremas, deforestación histórica, sobrepesca y acidificación del océano. La creación de áreas protegidas, la restauración de sus ecosistemas y el turismo de naturaleza son los pilares que sostienen la lucha que damos desde Rewilding Argentina para revertir estas amenazas y la desconexión del humano con la naturaleza.

En este contexto, resulta necesario diversificar las soluciones basadas en la naturaleza, implementando planes adaptados a la realidad local que garanticen servicios sociales, ambientales y económicos, tanto al ecosistema como a las comunidades que dependen de ellos.

Carolina Pantano, bióloga y especialista en algas, trabaja en la incubadora para la reproducción de semillas de alga. Foto: Mariana Cassini

En el proyecto Patagonia Azul, situado en la costa de Chubut y con base en Camarones, una pequeña comunidad costera del mar patagónico, se viene trabajando desde noviembre de 2020 en un proyecto que evalúa la viabilidad de desarrollar granjas marinas regenerativas. Este modelo productivo proviene de la organización Greenwave, que lidera un movimiento generador de conciencia sobre los ecosistemas marinos y formador de granjeros guardianes del océano.

El paso inicial del proyecto fue evaluar el contexto social y los antecedentes de la actividad en la zona. Ahora, nos encontramos realizando la primera experiencia piloto de cultivo de macroalgas nativas: el “cachiyuyo” (Macrocystis pyrifera), principal especie formadora de bosques submarinos del mundo. Más adelante, esperamos probar el cultivo de “lechuga de mar” (Ulva lactuca) y “pelillo” (Gracilaria gracilis). Gracias al trabajo de parte del equipo de Patagonia Azul, hoy el primer semillero de algas se encuentra en funcionamiento y se espera montar una granja piloto para evaluar la etapa de crecimiento en el mar.

La posibilidad de presentar una alternativa que permita producir en el mar sin generar un impacto negativo puede convertirse en una salida laboral para muchos habitantes de la comunidad de Camarones, que actualmente se sostienen económicamente por la pesca industrial de arrastre de langostino, que es la principal amenaza para la biodiversidad de la zona de Patagonia azul.

¿En qué consisten las granjas marinas regenerativas?

En una granja marina regenerativa se cultivan especies de macroalgas y bivalvos (mejillones, vieiras, almejas y ostras) nativos de la Patagonia, sembrados en el mar en una disposición que imita el funcionamiento y el ciclo de nutrientes del ecosistema marino costero.

Hay ciertas cualidades que hacen que esta forma de producir sea regenerativa:
· Zero input: La utilización de especies que realizan fotosíntesis y filtran el agua de mar para alimentarse no requiere el uso de agua dulce, alimentos, antibióticos ni fertilizantes.
· Absorción de grandes cantidades de carbono: las macroalgas son el pulmón del océano. Gracias a la fotosíntesis que realizan, capturan grandes cantidades de carbono que contribuye a revertir ciertas problemáticas, como la acidificación del océano.
· Mejoramiento de la calidad del agua: las especies que se alimentan filtrando el agua reciclan nutrientes y aumentan el oxígeno disuelto.
· Generación y regeneración de hábitats: los sitios rocosos y bosques de macroalgas que actúan como nurseries (lugares de cría) atraen peces y enriquecen el ecosistema marino.

Las granjas marinas regenerativas también benefician a las comunidades locales: generan empleo local, fomentan la capacitación y generación de conocimiento y producen alimentos de origen animal y vegetal con gran valor nutricional. Más aún, estas granjas permiten crear productos con sello local que impulsan el desarrollo sustentable de la comunidad asociado a la protección del océano.

Esporas de semillas de alga Macrocystis crecen en los tubos de luz de la incubadora del proyecto. Foto: Mariana Cassini

Con la experiencia adquirida junto a las organizaciones Greenwave, Huiro Regenerativo y Cascadia Seaweed que esta experiencia arroje resultados favorables sobre la viabilidad de esta forma de producir en el mar patagónico. Además, los conocimientos adquiridos serán claves para conocer mejor el funcionamiento del ecosistema de bosques de macroalgas, vital para la salud del océano, y diseñar proyectos para su restauración. Por último, la experiencia tiene como finalidad principal desarrollar un “manual” para futuros granjeros que contemplen implementar un modelo de producción que abarca desde la producción de semillas de algas hasta su cosecha y comercialización fomentando el cuidado del océano.

En definitiva, el aspecto más importante de este proyecto es probar que el trabajo diario en el mar permitirá reconectar a las personas con ese ambiente y pensar en el desarrollo de una comunidad asociado a la protección del océano.