Foto: Augusto Distel

Nacidos y criados: las nuevas generaciones de aguará guazú en Iberá

18 de agosto de 2023 · Proyecto Iberá
Por Augusto Distel

Antiguamente el aguará guazú habitaba gran parte de Argentina. Hoy solo quedan poblaciones remanentes en algunas provincias y no se sabe con certeza el número total de individuos presentes en el país. Que haya lugares, como Iberá, con poblaciones de aguará guazú aún saludables y, de hecho, en crecimiento genera esperanza en el camino a que la especie vuelva a repoblar el país.

El aguará guazú se ha visto afectado en Argentina en gran medida por la acción humana. Las amenazas que sufrió, y sigue sufriendo, incluyen la pérdida de su territorio, la degradación y fragmentación de su hábitat para actividades agropecuarias y urbanizaciones, atropellamientos en rutas y caminos y el ataque y transmisión de enfermedades por animales domésticos, la caza furtiva, la venta ilegal de ejemplares como mascotas e, incluso, la persecución de estos animales al asociarlos a mitos o creencias negativas.

En el Parque Iberá, utilizando collares con tecnología VHF y GPS, pudimos seguir de forma intensiva a dos parejas de aguará guazú. Con la ayuda de cámaras trampas colocadas estratégicamente en zonas de parideras y lugares de refugio de los cachorros hemos registrado hasta el día de hoy la evolución de una nueva camada en Iberá.

Durante las capturas, que suelen ocurrir de noche, se toman datos y muestras (de sangre, material fecal, pelos y garrapatas) del individuo antes de colocarle el collar de monitoreo y ser liberado. Foto: Andi Villarreal

A mediados de 2022 ambas parejas con collares satelitales tuvieron cachorros. Si bien los primeros meses de vida son críticos, alcanzados los seis meses, los cachorros tienen un porcentaje más alto de supervivencia.

Cinco de los ocho cachorros hoy son individuos independientes que habitan distintos ambientes del Gran Parque Iberá. En la primera etapa de sus vidas sus progenitores les traían comida (que regurgitan para que los cachorros coman, un comportamiento natural de la especie). Con el pasar de los meses esto cambió y los cachorros comenzaron a recibir presas muertas enteras. Al cumplir los seis meses, las crías empezaron a explorar el territorio de sus padres y comenzaron a cazar pequeñas presas por sí solas. En la actualidad, con más de un año de vida, estos cachorros ya son independientes y se los puede ver cazando y buscando frutos. Ya poseen su propio territorio, aunque sus padres esporádicamente los visitan.

Un dato muy llamativo es que las técnicas de caza que utilizan las aprenden jugando con sus hermanos, y no de sus progenitores, quienes se alejan de la zona de las parideras y de los cachorros para buscar alimento en soledad (otro comportamiento natural de la especie).

Conforme iban creciendo los cachorros pudimos observar cómo estos juegos son “prácticas” que los ayudan a ser autosuficientes. Ahora que son sexualmente maduros, tenemos esperanza de ver nuevas camadas el próximo año y seguir evaluando el crecimiento de la población de aguará guazú en Iberá.

Un avistaje difícil incluso para los locales: un aguará guazú a plena luz del día, completamente visible, próximo al Portal Laguna Iberá del Parque Iberá. Foto: Augusto Distel

El aguará guazú es una especie clave, cuya presencia determina la calidad de los pastizales, malezales y bañados al regular y controlar a muchas de las especies que depreda. A su vez, al incorporar frutos a su dieta, distribuye semillas en el ambiente a través de sus heces, contribuyendo al desarrollo de la vegetación.

Rewilding Argentina lleva cuatro años trabajando con aguarás guazús. La oportunidad de estudiar esta nueva camada de cachorros, como así también continuar investigando a los progenitores, nos brinda conocimientos acerca de esta elusiva especie y nos permite trabajar en la recuperación y protección de sus poblaciones donde todavía persiste, e incluso restaurarla en sitios donde se ha perdido, devolviendo así el rol que el aguará guazú cumplía en este ecosistema, cada vez más completo y saludable.

Augusto Distel es oriundo de Buenos Aires y se unió a la fundación en 2018. Coordina los trabajos de reintroducción de ocelote, venado de las pampas, oso hormiguero gigante, pecarí de collar y chuña de patas rojas en Rincón del Socorro, donde además se encarga de coordinar los trabajos de planificación y realización de quemas prescriptas y de control de exóticas invasoras.